lunes, 18 de mayo de 2009

El inquilino

Tuve un concubino y no era mi pareja, fue peor que eso, mucho peor les puedo asegurar. Con esta nueva onda de vivir aterrorizada por volverme pobre, culpa del bombardeo de los medios sobre esta maldita crisis me encontré tomando decisiones apresuradas.
Resulta que estaba charlando con unos amigos y uno de ellos comenta que en breve se tiene que mudar y no tiene adónde irse. Yo le estaba diciendo a otro que no me vendría mal tener un ingreso mensual adicional. Entonces no sé quién tuvo la maravillosa idea de que le podría alquilar la habitación extra que tengo en mi casa a esta persona. Podría ser, no sé, tal vez, digo yo. Y así fue como pagué las consecuencias de mi codicia. Le alquilé la habitación. El inquilino se suponía que era un buen chico, estudiante, trabajador y gay. Lo cual suponía una ventaja para mí porque pensé que sería como convivir con una amiga. Mentira!!!! Nada más lejos de la realidad.
Terminé conviviendo con alguien que reunía lo peor de los dos sexos. Tenía las malas costumbres masculinas (dejar la tabla del inodoro abierta, pelos en el jabón, olor a pata en el dormitorio, arrasar con la heladera a mitad de la noche, dejar todas las luces prendidas, etc.) sumadas a los peores hábitos femeninos (opinar sobre moda, usar muchos cosméticos, extrema preocupación por el cabello, etc.).
Voy a aclarar un poco el tema de sus manías femeninas y por qué me hartaron. Que opine sobre moda no me parece mal siempre y cuando no sea para criticar lo que yo me pongo. Que use cosméticos tampoco me molesta, salvo cuando son los míos. Encima yo sabía que me usaba mis cosas pero no podía acusarlo porque no lo veía cuando lo hacía. Pero una obsesiva como yo se da cuenta enseguida si la pincita de depilar está cambiada de lugar, o si un frasco de crema se está vaciando muy rápido. Encima el muy cochino no se bañaba todos los días, pero eso sí, la tremenda porra de rulos que tenía en la cabeza se la mojaba y llenaba de crema para peinar todos los días.
Me vi obligada a esconder en mi propia casa todos mis productos de belleza para que no me los use. Un día se termino la pasta de dientes, y yo de jodida que soy me compré una y decidí esconderla en mi cartera. Quería hacer la prueba de cuánto tardaba en comprar una nueva. Porque el tipo ni siquiera se molestaba en hacer compras, si yo compraba algo me pagaba la mitad pero él ni se movía. Cuatro días pasaron, en cuatro días no se cepilló los dientes, un asco total.
En fin, una tortura, yo ya no lo soportaba más. La gota que rebalsó el vaso fue oírlo decir “mi casa” y que yo era “la chica que vivía con él”. Así transcurrieron varias semanas, yo con mi peor cara, ni le dirigía la palabra. Para colmo cualquier intento mío por ofenderlo era contraproducente. Ante frases mala onda u observaciones criticonas que le hacía del estilo “el pelo así te queda horrible, ¿por qué no te lo cortas?”; o “¿qué me miras, tengo monos en la cara?” me encontraba con respuestas del tipo “sos lo más, me encanta tu forma de ser tan directa”. El otro no se hacía cargo de nada hasta que un día me pregunta qué me pasa y ahí le vomité todo. Cuando le dije que era un desubicado por usar mi pincita de depilar (un objeto íntimo y personal) me respondió que justo se vio las cejas muy peludas y como estaba ahí la usó. Y así con todo. Hasta que le di el ultimátum para que se mude.
Me dice que en 15 días se va porque consiguió departamento. Llega la fecha y no se va nada. Se fue 10 días después de la fecha prometida. Durante ese tiempo, todos los días le preguntaba “¿cuándo te vas?”, “mañana” me contestaba. Hasta que el día número diez le exijo que cumpla y se fue. Arañando las paredes en su esfuerzo por prolongar su estadía pero finalmente se fue.
Y así fue como aprendí una lección muy importante, o varias. Lo barato sale caro, no tengo que ser tan codiciosa, las apariencias engañan y los hombres son todos iguales. Huelen, dejan pelos por todos lados y nunca bajan la tabla del inodoro.

jueves, 7 de mayo de 2009

Lo que se viene

Se vienen nuevos post! Proximamente tendrán el agrado de leer acerca de "Cómo deshacerse de un room mate insoportable y no fracasar en el intento" y si me decido tal vez sepan intimidades de un festival de cine y sus adeptos.....
Los espero!