domingo, 26 de diciembre de 2010

Bendición cósmica?

¿Será que lo estoy logrando? ¿Será que finalmente comenzó mi buena racha? Mi hermana me contó que un amigo astrólogo de ella, le dijo que Saturno está transitando por no sé qué planeta y eso afecta muchísimo a los librianos como yo. ¿Cómo, de qué manera? Le pregunté. Y… con muchos cambios, me respondió ¿Podrías darme más detalles? ¿Voy a ganar la lotería, encontrar al príncipe azul, viajar por el mundo, ser exitosa? No me supo contestar, en fin, misterios de los astros… Aunque si es cierto que tuve cambios.

Todo comenzó el día de mi cumpleaños. Ese día llegué al piso dónde vivía con dos chicos brasileños en Vilassar de Mar. Un pueblo muy lindo, cerca del mar y la playa pero a unos 40 minutos en tren de Barcelona. Llegué a casa y me enteré que nos habían cortado el agua por falta de pago. ¿Cómooooo????? Uy! Me olvidé, me dice el nabo de mi compañero de piso cuya responsabilidad era pagar las cuentas con el dinero que le dábamos. Entonces decidí que estaba cansada de convivir con dos personas desordenadas, irresponsables, de que cada vez que me quedaba en Barcelona hasta tarde tenía que correr cual Cenicienta antes de que se fuera el último tren de las 12 de la noche y sobre todo me había cansado de la música brasilera!!! Y si, si la alegría es sólo brasilera como ellos dicen por mí que se la queden!

Así fue como todo empezó a cambiar. Ahora vivo con dos mujeres y es una bendición cada vez que entro al baño, ver perfumes, cremas y cosméticos. Hay rico olor, productos para tener la piel y el pelo suave. Tengo un placard gigante todo para mi, mucho lugar para guardar mi ropa y cosas personales. Y lo mejor de todo, ahora estoy en una zona céntrica de Barcelona, en el Barrio Gótico, un barrio lleno de historia con unas callecitas muy pintorescas y muchos bares. Incluso tengo a la vuelta de casa un lugar dónde te podés hacer una fish pedicure!


También tengo unos heroinómanos que se pinchan detrás de los trozos de la muralla que actualmente se conservan en la Plaza de la Catedral. Y descubrí que no puedo tomar el agua de la canilla porque hace mal. Todo muy cosmopolita. Me siento como si estuviera entre el Soho de New York y Buenos Aires, con el glamour y la podredumbre de las grandes ciudades. Más cerca de casa que cuándo vivía en una playa de arenas blancas frente al mar con música brasilera de fondo…